Recomiendo leerlo escuchando esta canción...
Hace unos días visité dos residencias de ancianos para españoles sin recursos económicos en dos ciudades al norte de Marruecos.
Tánger y Tetuán, dos ciudades que durante más de 50 años fueron españolas, por lo que, eso y su cercanía geográfica hacen que aún guarden muchas reminiscencias españolas, especialmente Tetuán, una ciudad en la que por sus calles todavía se respira un ambiente español de los años 30 y 40.
En estas residencias pude conocer muchos españoles, ya ancianos, muy ancianos, a los que la vida no les ha tratado demasiado bien, aunque nadie lo diría por su imperturbable sonrisa. Gracias a una congregación de monjas que hacen una labor encomiable, y a una Asociación de Beneficiencia española, estas residencias subsisten y vencen al tiempo... sí, son monjas, católicas y apostólicas... lo siento por algunos...
Allí conocí a Juana, a Paco... y a Lina, una malagueña que cumplía ese día 100 años y a quien tuve el placer y la fortuna de felicitar en persona.
Sólo con entrar en su habitación, las fotos en blanco y negro y sus recuerdos traducidos en souvenirs sin edad hacen que te apropies de su nostalgia y que sea ella precisamente la que se encargue rápidamente de difuminarla con su gracejo andaluz.
- "Hola Lina! ¿Cómo está usted?" Le pregunto dándole la mano.
- "Dame dos besos y háblame de tú que soy española y no soy tan vieja, que sólo cumplo una... centena", me dice con un acento cerrado malagueño y una risa contagiosa.
Enseguida empieza a contarme de su vida, sus penurias, la soledad a la que la vida se ha molestado en inundarla y su agradecimiento al Estado Español, por seguir cuidándola y tratándola tan bien, me dice señalando a Consuelo, la Madre Superiora, "¡que para eso soy española!", me insiste.
No para de hablar, y es que, como ella misma reconoce, "tengo que aprovechar que de cabeza ando muy bien, perfecta... pero andar con las piernas, ya es otra cosa, porque me fallan, qué le vamos a hacer... ¿sabes que mi longevidad es de familia? claro, algo tenía que heredar, y encima no tengo que pagar el impuesto ese, ja ja!".
Me explica que se fue de España con 9 años... y mientras ella sigue hablando, echo cuentas y pienso que Lina lleva 91 años en Marruecos, que solo pasó 9 en España, y que, sin embargo, ama su país, no ha perdido su acento nativo y su arte sigue intacto. Y me viene a la cabeza Puigdemont, toda su corte del "prusés" y el maldito referéndum... y aprendo otro Rabateo que les podría venir muy bien a toda esta tropa, "sólo te darás cuenta de que la quieres cuando la dejes marchar", cantaban los Passenger... y es que, como decía Pío Baroja, "el nacionalismo se cura viajando".