martes, 3 de octubre de 2017

Gracias amigo

Cuando uno deja un buen trabajo, una ciudad tranquila e inicia una aventura como esta, no solamente descubre nuevos paisajes y nuevas culturas, también da tiempo a pensar en lo que deja atrás, allí, en la que será siempre tu casa.
 
Una de ellas es la lección de humildad que ofrece hablar con amigos y conocidos y que te hablen despectivamente de un lugar que, en muchos casos, ni tan siquiera conocen por fotos, utilizando clichés y sin mirarse el ombligo, que es lo que deberíamos hacer en muchos casos.
 
Eso me recuerda a mis tiempos de estudiante en Estados Unidos, cuando me preguntaban si no era muy incómodo ir siempre vestido de flamenco o si no había alucinado con los coches, pensando que nosotros seguíamos utilizando caballos como medios de transporte...
 
Pero también uno percibe y descubre sensaciones muy agradables. Personas que se interesan por ti y que demuestran que te aprecian, cuando quizás, su educación, su timidez o simplemente su sencillez les hace dar un paso atrás y nos impiden disfrutar más de ellos.
 
Podría contar más de un caso, amigos y amigas que me escriben, que me preguntan y sobre todo, que me hacen sentir que están cerca mía, especialmente en momentos de soledad, que haberlos haylos. A veces, ni siquiera es necesario hablar tanto, basta con un wassup como guiño de complicidad.
 
Y así llego a él, este amigo que antes no lo era, o creíamos que no lo éramos, porque tiempo, pláticas y confidencias hemos compartido unas pocas... Pero como en todas las historias de amor, nos fuimos conociendo poco a poco, eso sí, respetándonos, y cada uno en su sitio, no fuésemos a equivocarnos...o cual es además de agradecer, pero al final, esa afinidad nos hizo entablar una amistad, que ahora en la distancia, a mi se me hace más profunda y sincera.
 
Para colmo, este amigo siempre fue una mina, un caballo blanco con una sabiduría campechana no exenta de retranca, que hacía que cada día lo admirase más y más... buenas charlas hemos tenido hablando de todo, sin tabúes, siempre desde el respeto, quizás, por el entorno, hasta en demasía. Y así llegamos a hoy, donde este amigo ha tenido la sutil delicadeza de arreglarme mi blog... un lavado de cara necesario, ya que mi torpeza y las limitaciones internautas del lugar no daban para más.
 
Pues eso, nada de sensiblerías, porque él no las necesita, pero da gusto tener amigos así, que te ofrecen su amistad sin nada a cambio, y que te hacen sentir que si llego un día sin aviso a mi tierra y le llamo, la cervecita está asegurada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario